El oficio de albañil es uno de los más antiguos en la historia de la humanidad. Su importancia en el desarrollo de la sociedad y las ciudades se refleja en todas las construcciones, antiguas y modernas, que podemos ver a nuestro alrededor. Desde la Iglesia de Santa María de la Parte Vieja, pasando por la Catedral del Buen Pastor, hasta los edificios más modernos de Riberas de Loyola. La mano del albañil está plasmada en todos los rincones y hogares de San Sebastián.
El de albañil es un oficio infravalorado durante muchas décadas, hoy parece que tiene un mayor reconocimiento debido a la dificultad de encontrar mano de obra con experiencia y de calidad. Los jóvenes ven en el oficio de albañil una profesión con futuro y con unas perspectivas laborales muy estables. Este artículo del blog de Agusgarama está dedicado a ellos, especialmente a nuestros albañiles. Contamos con albañiles propios en plantilla y tenemos plena confianza en sus habilidades y conocimientos a la hora de realizar grandes y pequeñas reformas para nuestros clientes.
Un albañil realiza una gran variedad de trabajos en el transcurso de una reforma de una casa, reforma de baño o cocina, cambio de bañera por plato de ducha… Es un profesional que participa en casi todas las reformas que Agusgarama realiza en San Sebastián.
Ser albañil no es un oficio fácil. Es un trabajo que requiere de unas habilidades físicas y conocimientos que no todo el mundo es capaz de adquirir. Un albañil no solo derriba tabiques y desescombra…Hace y aporta mucho más que eso.
Habilidades profesionales
Un buen albañil debe tener unas buenas habilidades numéricas. Ello le facilitará la tarea a la hora de interpretar planos e instrucciones de cliente, arquitecto, memorias… Marcar la línea de un tabique, los forjados, colocación de vigas, pilares y tejados…Son trabajos que afectan a aspectos estructurales de un edificio o vivienda y deben estar realizados de forma correcta. Imposibles de llevar a cabo sin tener unas bases sólidas de matemáticas.
Asimismo, el albañil tiene por defecto unas buenas habilidades manuales. Es hábil con las herramientas y tiene destreza para el bricolaje. Es un manitas. Son habilidades y destrezas que se mejoran con el tiempo.
Un albañil conocer las herramientas de trabajo y las mantiene siempre en buen estado de limpieza y funcionamiento. Taladro, rotaflex, herramientas manuales… No pueden fallar bajo ningún concepto ya que sin ellas no podrá avanzar.
Un albañil debe saber trabajar en equipo y adaptarse a los diferentes grupos de trabajo. Bien con su propio equipo de albañiles, bien con el resto de gremios que pueden participar en una reforma. Fontanero, electricista, pintor, escayolista… Tener una buena coordinación con otros gremios es imprescindible para que las reformas avancen de forma fluida y sin problemas. También deberá tener la capacidad de trabajar en solitario cuando la ocasión lo requiera. Y con la seguridad de saber ejecutar los trabajos de forma eficaz y segura. Sin “chapuzas”, como diríamos coloquialmente.
Tener un buen estado de forma es otra cualidad indispensable de un albañil. Es un trabajo muy físico, con mucho movimiento y en el que hay que cargar y desplazar cargas de mucho peso. Y todo ello, sin estar en forma es difícil de soportar durante toda la semana y 8 horas al día. También es cierto que el propio trabajo de albañil te ayuda a ponerte en forma, pero sin una buena base obtenida de forma natural a través del ejercicio y una buena alimentación sería mucho más difícil.
Un albañil sabe trabajar con cabeza. Y eso significa comprender y llevar a cabo las medidas de seguridad y salud necesarias para ejercer la profesión sin riesgos. Las autoridades laborales son duras y exigentes en esta materia, especialmente en el sector de la construcción, por eso un albañil debe conocer los riesgos derivados de ejercer su profesión y las medidas de seguridad que debe tomar para evitar accidentes. Por su bien y por el de las personas que trabajan a su alrededor en una reforma.
Sin ser imprescindible, saber conducir y tener vehículo es una habilidad valorada en un albañil. Es necesaria para transportar materiales, acceder a las obras, desescombrar… Si es un albañil autónomo, es totalmente necesario.
Otras competencia y cualidades
Hay otras habilidades no tan tangibles que todo buen albañil debe tener en mayor o menor medida.
La limpieza y el orden son dos de ellas. A la hora de guardar herramientas, cuidarlas, el orden en la obra, en el vehículo… Los albañiles están continuamente manejando su herramienta y llevándola de un lado a otro. Y si no lleva un orden con todo su material, puede ser un caos a la hora de encontrar las cosas. Tener orden y limpieza ayuda a un albañil a ejecutar sus trabajos con rapidez.
La capacidad de organización es otra de las cualidades que un albañil debería tener sí o sí. Es muy probable que un albañil tenga a otros trabajadores de menor rango a su cargo, como peones de obra. El albañil debe tener capacidad de liderazgo para asignar tareas y que todo el equipo haga su tarea correspondiente. Es el encargado de engrasar la máquina. En este sentido, la capacidad de organización también afecta cuando en una reforma debe colaborar con otros gremios. Saber organizarse con ellos también es sinónimo de buen albañil. Un profesional que sabe trabajar en equipo.
Ser resolutivo es otra buena cualidad de un albañil. Nos referimos a saber solucionar problemas e imprevistos de forma ágil y eficaz. En una reforma es habitual tener que gestionar situaciones imprevistas que se deben solucionar sobre la marcha. Un buen albañil no tiene dudas. Piensa y ejecuta la mejor opción sin demoras.
Por último, mencionar que en Agusgarama nos gustan los albañiles detallistas. Los que trabajan con cuidado y precisión. Los que buscan los buenos acabados frente a la rapidez y terminar pronto el trabajo. Son de los que contamos en la plantilla de Agusgarama y nos ayudan a ofrecer resultados óptimos a nuestros clientes en cada una de nuestras reformas en San Sebastián.